El hotel estaba situado cerca del Museo de las Artes y de las Ciencias por donde pudimos dar un paseo y disfrutar de su maravillosa arquitectura y de la naturaleza que había alrededor.
Era una oferta especial que incluía cena romántica, desayuno buffet y lo mejor de todo un circuito termal en el que pudimos disfrutar de jacuzzi, baño turco, terma romana, sauna, ducha de esencias y ducha con cromoterapia, sala con camas calefactadas y para terminar un relajante masaje que nos dejó como nuevos.
Después pudimos disfrutar de una maravillosa cena a la que le doy un 10 tanto por el menú como por el trato recibido por el personal.
Sin duda alguna fue el mejor regalo y un adelanto de San Valentín, porque los mejores momentos no sólo se demuestran ese día.
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