Cuando, en Bachillerato, estudiaba historia del arte, la obra que mejor me aprendí fue esta
El retrato que Giovanni Arnolfini encargó,en 1421 en la ciudad de Brujas, al pintor flamenco Van Eyck para que inmortalizara su matrimonio con Giovanna Cenami.
Las bodas, en esa época, no requerían la presencia de un sacerdote, sino que bastaba con la presencia de un testigo. El acto del matrimonio lo formaban dos momentos, primero se tomaban de las manos y después hacían un juramento con la mano alzada
El acto se celebra en el dormitorio y está lleno de objetos simbólicos.
La vela encendida simboliza la presencia de Dios que les está observando. Los zuecos representan que el lugar es sagrado. El perro simboliza fidelidad. Los zapatos indican que el espacio es sagrado. Las manzanas (fruta)simbolizan prosperidad. El espejo, que está rodeado de diez círculos que representan escenas de la Pasión de Cristo, simboliza pureza y y virginidad. La fertilidad representada en el vientre prominente y la fecundidad por el color verde del vestido. En el cabecero de la cama aparece Santa Margarita que era protectora de los nacimientos.
En el espejo se refleja la presencia de dos personajes ante el matrimonio, y la firma del autor que pone "Johannes de Eyck fuit hic" , es decir, Jan Van Eyck estuvo aquí lo que significa que él pudo ser un claro testigo de ese momento.
Por la decoración de la estancia y la riqueza de las ropas de los protagonistas, se demuestra su alto poder adquisitivo, propio de las familias burguesas.
Espero que os haya resultado interesante el análisis de esta obra que he decidido mostrar para seguir con el tema de las bodas.
¿Qué obra de arte es vuestra preferida?
2 comentarios:
Me está gustando mucho que nos hables de bodas en tu blog. Yo no conocía esta obra, es muy bonita. ¿Qué vestiduras llevaban entonces eh?
Bueno espero que nos sigas sorprendiendo, Un beso guapa.
Cono cambian las cosas a lo largo del tiempo, igual que las ceremonias que se celebran ahora. Es un dato muy curioso.
Besitos!
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